Aeropuerto de Pekín

El pasado mes de febrero se inauguró el nuevo aeropuerto de Pekín. Realizado por el estudio de arquitectura de Norman Foster, a su grandiosidad une el respeto por las tradiciones milenarias chinas. El coste total del proyecto fue de más de tres mil millones de dólares (¿habéis visionado ya los ceros?) y el resultado de esta enorme inversión es un aeropuerto igualmente enorme, eficiente y cómodo, y con gran cantidad de luz natural, lo cual es una gran ventaja en una construcción tan grande como ésta. Ocupa una superficie de un millón doscientos mil metros cuadrados. Mide tres kilómetros y medio de norte a sur, y afortunadamente cuenta con alfombras deslizantes para ayudar al pasajero a recorrer tal distancia. También existen vehículos para el traslado de personas con dificultades de movilidad. A pesar de su grandiosidad, es casi imposible perderse debido a su organización.

Las columnas son rojas, tal y como las de los antiguos templos chinos. Así mismo, 16 tonos diferentes de rojo en los techos ayudan a dividir las zonas del aeropuerto. La estructura curvada del techo ayuda a causar el efecto del movimiento de un dragón y las luceras imitan la textura de su piel. Está decorado con elementos de la cultura tradicional china, lo que hace de él una excelente vista previa de lo que el turista se va a encontrar en el país.

Contiene más de 90 tiendas, así como bares, restaurantes, salas de reuniones e incluso salas de masaje, todo ello pensado para la comodidad del pasajero. Está previsto que reciba más de quinientos mil vuelos anuales.

Aquí dejo algunas fotos.