Mis hijas

Días de la madre aparte, hace tiempo que tenía ganas de hablar sobre mi maternidad.

Tengo dos hijas. Podría decir que son lo mejor que me han pasado en la vida, y no sería un tópico, sería la verdad. Ellas, y su padre, junto al que llevo más de media vida y que me ha hecho crecer y ser mejor persona. Él es más que mi complemento, es mi otra mitad.

Muchas veces me he sentido una madre un poco "descafeinada". Nunca he dejado de trabajar, y mis hijas han ido a la guarde (el colegio infantil Tagore) desde los cuatro meses. Cuando se ponían malitas y me llamaban para ir a buscarlas me sentía fatal. Al día siguiente, cuando las llevaba a casa de sus abuelos porque no podían ir al cole, me sentía como la madrastra de Blancanieves. Sin embargo, cuando algunas madres más recientes que yo me reprochan el que estuvieran en la guarde mientras yo trabajaba, siempre pienso que mis hijas están sanas y son felices, y yo tengo una vida que no se acaba cuando las dejo en la puerta del cole.
Los ratos que pasamos juntas jugando, leyendo o viendo una peli son estupendos. Cuando ponemos música a todo volumen y bailamos como locas, cuando nos reímos a carcajadas por cualquier tontería... o cuando las veo maquinar juntas, inventarse un juego o un baile, en esos momentos siento que todo vale la pena. Ellas son felices y yo lo soy más.

Eva nació el 2 de noviembre de 1996. Ya desde las ecografías todo el mundo decía que se parecía a mi. Es en serio. Nació a las 12 de la mañana de un sábado y pesó 3.450 gr. Desde el día en que nació ha sido igual de buena. Dormía bien, comía estupendamente, era simpática, espabilada y dejaba boquiabierto a todo el mundo con sus reflexiones. "Y yo me pregunto..." solía decir, y en el cole Tagore se echaban a temblar, pensando en cual sería la duda de ese día, para acabar por sorprendernos a todos con su lógica aplastante y su capacidad de expresar sus emociones.
Siempre le gustaron los libros, y cuando aprendió a leer los devoraba.
También es tímida, un poco como su madre, al principio le cuesta un poquito soltarse.

Andrea es una chica del siglo XXI. Nació el 18 de octubre de 2001, un jueves a las 4 de la mañana, y pesó 3.050 gr. Tenía muchísimo pelo moreno, y era una pasita. Recuerdo que mi hermano me preguntó por teléfono, "¿cómo es?" Y le dije: "Feúca, pero mis hijas mejoran con la edad". Y es verdad. Andrea suple lo que le pueda faltar de belleza exterior con la interior, y lo hace de sobras porque tiene un encanto especial. Sabe qué hacer para llevarte a su terreno y es difícil resistirse a sus caritas de "gato de Shrek" como yo las llamo. Es un bichillo, más traviesa que Eva y sobre todo muy, muy inquieta. No para un segundo quieta. Es muy sociable y hace amigos a los dos minutos de llegar a cualquier sitio. También es muy lista, y desde muy pequeña habló muy bien y muy claro, era una pequeña repollo, usando ese vocabulario escuchado en cientos de cuentos que le leíamos. Yo digo riéndome que es un poco redicha, pero en el fondo me gusta mucho que sea así, porque no me gustan esos niños que acaban hablando con doscientas palabras, de las cuales el 20% son "guay, chachi y mola"

Desde el verano de 2005, Eva y Andrea están esperando a convertirse en las hermanas mayores de su hermanit@ que llegará de China. Ellas también participaron en la decisión de aumentar la familia. Algún día os contaré cómo es mi peque. Y espero que ese día no sea muy lejano.

<- Esta foto la hice en Toledo, en agosto de 2006. Es una de mis fotografías favoritas.
Ésta es en Biarritz, en marzo de 2005. -->