En un foro americano alguien preguntó: "¿Qué hacías el 11 de septiembre de 2001?" Y había millones de respuestas. Todo el mundo sabía que estaba haciendo ese día, a esa hora. Yo misma lo recuerdo. Estaba embarazada de Andrea, me quedaba un poco más de un mes para dar a luz. Estábamos comiendo y viendo las noticias del mediodía en Telecinco cuando informaron de que una de las torres gemelas estaba en llamas. Luego vimos en directo la explosión en la segunda torre. Se hizo la hora de volver al trabajo pero no nos movimos del sillón. Llenos de desolación vimos caer la primera torre. Luego cayó la segunda. Aquellas torres en las que habíamos estado nosotros, desde cuyos miradores vimos la postal de un Manhattan lleno de luz en plena noche. Desde donde vimos la luna reflejada entre los puentes. Aquellos edificios cuyos números eran tan grandes como su visión, ya no existían. Nunca más. En nuestros corazones quedó una pequeña "zona cero", por el recuerdo de nuestra visita a esta ciudad única.
En España ocurre algo similar. Todos recordamos dónde estábamos, cómo íbamos recibiendo las noticias, cómo llegaban las primeras imágenes... Recuerdo cómo, en el trabajo, seguimos por internet cada noticia, y a la gente que nos visitaba preguntando "¿cuántos?". Cuántos muertos. Cuánta sangre, cuánto dolor. Nada, ningún ideal en el mundo justifica una herida como ésta. Un dios que pide sangre para probar la lealtad de sus creyentes no es un dios bueno ni justo.
Hoy, desde esta pequeña ventana, quiero tener un recuerdo para todas aquellas personas que han perdido la vida a manos de alguien que consideró que sus ideales valían más que una sola vida humana. Y os dejo la hermosa canción que La oreja de Van Gogh compuso para recordar a las víctimas de aquel otro 11 de marzo.
Si fuera más guapa y un poco más lista si fuera especial si fuera de revista
Tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte quién eres
Te sientas enfrente y ni te imaginas que llevo por ti mi falda más bonita
Y al verte lanzar un bostezo al cristal se inundan mis pupilas
Tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte quién eres
Te sientas enfrente y ni te imaginas que llevo por ti mi falda más bonita
Y al verte lanzar un bostezo al cristal se inundan mis pupilas
Y de pronto me miras te miro y suspiras
Yo cierro los ojos tú apartas la vista
Apenas respiro me hago pequeñita
Y me pongo a temblar
Yo cierro los ojos tú apartas la vista
Apenas respiro me hago pequeñita
Y me pongo a temblar
Y así pasan los días de lunes a viernes como las golondrinas del poema de bécqer
Y de estación a estación en frente tú y yo va y viene el silencio
Y de estación a estación en frente tú y yo va y viene el silencio
Y de pronto me miras te miro y suspiras
Yo cierro los ojos tú apartas la vista
Apenas respiro me hago pequeñita
Y me pongo a temblar
Yo cierro los ojos tú apartas la vista
Apenas respiro me hago pequeñita
Y me pongo a temblar
Y entonces ocurre despiertan mis labios pronuncian tu nombre tartamudeando
Supongo que piensas qué chica más tonta y me quiero morir
Supongo que piensas qué chica más tonta y me quiero morir
Pero el tiempo se para y te acercas diciendo
Yo aún no te conozco y ya te echaba de menos
Cada mañana rechazo el directo y elijo este tren
Yo aún no te conozco y ya te echaba de menos
Cada mañana rechazo el directo y elijo este tren
Y ya estamos llegando mi vida ha cambiado un día especial este 11 de marzo
Me tomas la mano llegamos a un túnel que apaga la luz
Me tomas la mano llegamos a un túnel que apaga la luz
Te encuentro la cara gracias a mis manos
Me vuelvo valiente y te beso en los labios
Dices que me quieres y yo te regalo
El último soplo de mi corazón Me vuelvo valiente y te beso en los labios
Dices que me quieres y yo te regalo
(Gracias, Cris)
Días como hoy, en los que recordamos hechos tan tremendos, son los que me dejan sin palabra... lo mejor es unirme a tu homenaje con esa preciosa canción...
ResponderEliminarBesos a todos...
Me uno a este homenaje!!!
ResponderEliminarBesitos...